Al igual que los bebés, los niños pequeños deben cumplir con un alto consumo de líquidos, por lo que necesitan bebidas adicionales. Los niños de 1-3 años deben beber aproximadamente 1 litro al día.
El agua mineral, los tés sin azúcar o los jugos de frutas o vegetales diluidos de alta calidad (1 parte de jugo por 2 partes de agua) son los más adecuados.
Las bebidas como refrescos u otras bebidas gaseosas contienen demasiada azúcar, son muy altas en calorías y, por lo tanto, no son recomendables. No administres bebidas endulzadas o que contengan cafeína a los bebés o niños pequeños.