¿Qué debo tomar en cuenta con la leche que extraigo?

En las primeras semanas de vida del bebé, es normal que ocurran situaciones de la vida diaria, como citas médicas, compras, reuniones y más, que requieran tu ausencia del hogar.

Primero confirma si puedes llevar contigo al bebé, tal vez incluso alguien más pueda acompañarte para asistirte. Casi siempre puedes encontrar un lugar tranquilo y apartado para amamantar. En caso de que no puedas llevar a tu bebé, puedes optar por la opción de extraer leche de tu pecho para que durante tu ausencia, alguien más pueda dársela a tu pequeño con un biberón.

La leche materna extraída debe manipularse con mucho cuidado. Puedes obtener una mejor recomendación por parte de tu consultora de lactancia o pediatra.

La leche materna extraída se puede almacenar en un biberón limpio (de vidrio o plástico) en el refrigerador a una temperatura de + 4°C a + 6°C (verifica la temperatura con un termómetro) durante 2 días. La leche extraída no debe almacenarse en los compartimentos de las puertas, sino en la pared posterior del refrigerador, allí se conservará más fresca.

Importante:

¡Todos los objetos en contacto con la leche materna deben estar limpios! Lava los biberones y las tetinas con agua con jabón tibia y con ayuda de un cepillo. Esteriliza durante 3 minutos o haz uso del lavavajillas a una temperatura de 65°C.
Si desea almacenar la leche por más tiempo, congélela a -20 ° C. Para descongelarla, déjela en el refrigerador por 24 horas o bajo agua corriente fría o tibia (máximo a 37° C). No mojes el recipiente donde está la leche, ni utilices el microondas para descongelarla.

También puedes oscilar el biberón antes del uso (movimientos circulares, ¡sin agitar!), para evitar que la grasa de la leche se quede asentada.