En los primeros meses de vida, la leche materna es la única fuente de nutrientes esenciales que los bebés necesitan para un crecimiento saludable. Por lo tanto, es importante que las madres mantengan una dieta sana y equilibrada durante la lactancia. Incluya frutas frescas, verduras, productos integrales y pescado en su dieta (al menos una vez por semana) para que su bebé obtenga vitaminas, minerales, oligoelementos y ácidos grasos esenciales.
Según los pediatras, solo se debe administrar vitamina D y fluoruro además de la leche materna como medida profiláctica. En casos de deficiencia de vitamina D, la integración de calcio en los huesos se ve afectada y esto podría causar problemas futuros en la vida. En algunos lugares, donde la luz solar es muy escasa, los dermatólogos desaconsejan la exposición intensa al sol durante el verano. Sin embargo, los bebés deben recibir diariamente vitamina D en su primer año de vida.